Para el que esto escribe, que tuvo la suerte de tener en la cruz del anteojo todo un lobazo en Los Rasos de las Cabezas, y además de los pocos que habitan Sierra Morena, hablar o leer de lobos no es ninguna tontería. A aquel magnifico ejemplar lo salvó nuestra conciencia conservacionista -esa que dicen que no tenemos los cazadores- y, en justo pago, nos obsequió con una retirada lenta y alerta repechando esas Morenas arriba. Mi amigo del alma Rafa Cadenas, con quien partía puesto, puede dar fe de ello.
Lobo ibérico de la Sierra de la Culebra. Foto extraida del libro "Mas allá de la caza", de mi buen amigo Ángel Luis Casado Molina
Amigos de mi blog:
Para el que esto escribe, que tuvo la suerte de tener en la cruz del anteojo todo un lobazo en Los Rasos de las Cabezas, y además de los pocos que habitan Sierra Morena, hablar o leer de lobos no es ninguna tontería. A aquel magnifico ejemplar lo salvó nuestra conciencia conservacionista -esa que dicen que no tenemos los cazadores- y, en justo pago, nos obsequió con una retirada lenta y alerta repechando esas Morenas arriba. Mi amigo del alma Rafa Cadenas, con quien partía puesto, puede dar fe de ello.
Uno de los artículos que Mariano Aguayo publicó en el diario Córdoba a cuenta de mi encuentro con el hermano lobo
Tal es mi obsesión que ya escribí un artículo en Trofeo cuando se estrenó la película "Entre Lobos" donde narraba mis experiencias y las de mis antepasados, y tengo para mí que me "alobo" cuando tengo cerca una res poniéndoseme los pelos como clavos y la piel de gallina a la vez que me tiemblan las piernas, y no de miedo precisamente. Es que las presiento sobre todo recechando. ¡Palabra de honor!.
Pues en este contexto me mandó mi buen amigo Quisco López el documento que hoy les presento e hice firme propósito de dároslo a conocer.
Este relato -casi un incunable- escrito por un hombre de campo de nombre Domingo Calvo Testón, alimañero asturiano de los de oficio, y toda una vida dedicada a perseguir a los depredadores, es un compendio lleno de sabiduría. Resulta tierno a veces y desgarrador y aparentemente cruel en otras, mas no se engañen los que no lleven toda una vida en el monte. A veces hay que quitar de en medio algún animal aunque se nos parta el alma.
El autor del relato "bregando" con el protagonista de esta tierna y desgarradora historia
Como soy consciente de que sobran mis palabras más allá de esta sucinta introducción, corto por aquí y os invito a leerlo. Ojalá aprendan tanto como yo.
Para "abrir" esta historia conmovedora, solo tienes que pinchar PINCHAR AQUÍ.
Sin más, recibid un abrazo y besos para las señoras.
Lolo Mialdea